La conducción eficiente hace que nos preocupemos por buscar esa forma de conducir que nos permita no solo ahorrar combustible sino también mantener el coche en un buen estado, sin hacer que el motor o cualquier otra pieza del vehículo sufra o haga esfuerzos innecesarios.
Muchas personas suelen circulan en punto muerto porque piensan que de esta manera se reduce el consumo de combustible, algo que es totalmente erróneo y de eso es de lo que os vamos a hablar en este artículo.
Independientemente de la clase de motor que sea, se necesita quemar combustible para funcionar, de lo contrario no se podría circular. Cuando circulamos en punto muerto, el motor continúa girando, lo que, como es lógico, hace que el motor siga consumiendo combustible. El ralentí en un motor puede hacer que se consuman entre 0,5 y 0,7 litros por hora.
Otro punto en contra es que al circular en punto muerto, no existe retención de motor o freno motor, como se quiera llamar, por lo que si tenemos que frenar, solo lo hará el sistema de frenos, provocando un prematuro desgaste. Por el contrario, si utilizamos el freno motor, los frenos se desgastarán menos y no tendremos que cambiarlos antes, además el motor no sufre daños por ello.
Por otro lado, puede darse el caso de que los frenos se sobrecalienten y pierdan eficacia, haciendo que cada vez sea más difícil detener el coche, algo que no es nada aconsejable ya no solo en ciudad sino en autopista.
Para gastar menos es suficiente con levantar el pie del acelerador, especialmente cuando vayamos por carretera, el aire y los rozamientos mecánicos irán frenando el coche poco a poco.
Lo que nunca se debe hacer es apagar el motor en marcha dado que incluso podría suceder que la dirección se bloquease y se perdiese el servofreno, con lo que hay pérdida de freno motor, con el consiguiente peligro que ello conlleva.
En caso de que bajemos una pendiente, es lógico que utilicemos además de los frenos, el freno motor, algo muy importante en estos casos. Hay que realizar el descenso con una marcha engranada que impida que el coche adquiera demasiada velocidad. Si hacemos esto y aplicamos el freno en el momento adecuado, consumiremos mucho menos combustible e iremos seguros.
Recuerda que en estos casos de bajar una pendiente en punto muerto para ganar velocidad no compensa desde el punto de vista económico y sobre todo tampoco por el de la seguridad. Con lo que consume el ralentí del motor en punto muerto casi se puede mantener la velocidad en descenso y marcha larga pisando muy poco el acelerador.
De hecho, circular en punto muerto, según la DGT está prohibido dado que el motor está girando libremente sin actuar en las ruedas y las ruedas sobre la gravedad y pendiente. Se puede incluso tener una peor maniobrabilidad en los trazados y los frenos pueden sufrir un colapso.
Conociendo todos estos detalles… ¿vas a seguir arriesgándote a circular en punto muerto?