Es posible que, en los últimos días, hayas notado que el sistema de aire acondicionado de tu coche no tiene tanta fuerza como antes. De hecho, puede que esto suceda a pesar de que hayas efectuado una carga de gas refrigerante hace poco tiempo. Las causas pueden ser muy diversas pero, sin duda, las más habituales son:
1. El filtro del habitáculo está parcialmente obstruido. El filtro del habitáculo es el responsable de dejar pasar el aire desde el sistema de aire acondicionado hasta el interior. Evidentemente, se ensucia con el tiempo, lo que impide que este salga con la potencia necesaria. La limpieza o sustitución puedes hacerla tú mismo aunque, si lo prefieres, siempre puedes recurrir a un taller especializado. Debes tener en cuenta que este componente ha de ser sustituido cada 15.000 kilómetros ya que, a partir de ahí, pierde por completo su eficacia. En este sentido, si tienes un todoterreno y sueles circular por senderos de campo o con gran cantidad de polvo, lo ideal es hacerlo cada 10.000.
2. Hay una fuga en el circuito del gas refrigerante. Un bache, una piedra suelta en el camino o cualquier otra cosa pueden provocar una fuga en el circuito del gas refrigerante. También es posible que alguna junta de unión se haya dilatado y deje escapar el gas. Aplicando agua jabonosa sobre la tubería es posible saber el lugar en el que se encuentra, pero para arreglarla siempre es mejor ir a un taller.
3. Falta de lubricante en el compresor del aire acondicionado. El compresor es la pieza clave dentro del sistema de aire acondicionado de tu coche. Además, necesita estar muy bien lubricado para funcionar correctamente. De hecho, si no es así, puede llegar a romperse por completo. A no ser que tengas conocimientos mecánicos avanzados, lo mejor es que lo dejes en manos de un profesional.
4. Fallo eléctrico. Los ventiladores del sistema de aire acondicionado, como es lógico, se encuentran conectados a la fuente de alimentación eléctrica de tu vehículo. Cuando esta no funciona bien, dichos ventiladores no son capaces de expulsar el aire frío con toda la potencia necesaria. A veces, para arreglar este problema, basta con sustituir la batería por una nueva, algo que cualquiera puede hacer en la mayoría de coches.